El cantautor ha vendido en dos meses más de 12.000 ejemplares de ‘Ahora que la vida’, su primer poemario
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El nuevo registro de Serrano ha conquistado al público. Son ya más de 12.000 los ejemplares vendidos de Ahora que la vida (Frida Ediciones), un número considerable para un género minoritario, a pesar del auge que ha conocido la poesía en los últimos años. “El poeta es un niño asustado que a través de la poesía trata de generar un espacio de encuentro para sentirse acompañado”. Lo cuenta Serrano, que está en su kilómetro cero particular de los versos. Con una canción del mismo título hizo una incursión en el cine en el 2000. El siguiente reto es realizar un musical para niños porque, lo que hay en el mercado, “les trata como idiotas”. Mucha culpa en ese nuevo proyecto lo tendrá su hija, de dos años, de cuya existencia está minado su poemario.
“Publicar me parecía una osadía: el cantautor es un tipo que no es bien recibido en casi ningún colectivo. Para los músicos, somos músicos menores, para los poetas, gente que necesita parapetarse con una guitarra”. A Serrano le convencieron para publicar poesía, aunque la idea le rondaba la cabeza desde hacía tiempo. Escribía poemas de forma regular. “Quizás fueron las circunstancias, hasta políticas, que se viven”. Los versos que forman su libro se escribieron desde 2011 en adelante y están impregnados “de esa efervescencia, de esa ilusión, aunque también hay un punto de indignación”. “Hoy he sido estudiante gritando en la calle / señalando al rey desnudo…”, comienza uno de los poemas de su libro titulado A los estudiantes en lucha.

Su militancia en ideas de izquierdas le costó, por ejemplo, enemistades y algún rifirrafe, como el que protagonizó este verano con el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. Pero Serrano asegura que el no canta al pasado, sino a una generación de personas que desaparece y ha sido desatendida “sin la posibilidad de enterrar a sus muertos con dignidad, que no pasa siquiera por una cuestión política, sino sentimental”.
El estilo poético
El uruguayo Mario Benedetti utilizaba muchos de sus versos como consignas políticas. Suyo fue el primer festival de poesía al que asistió Serrano, organizado a mediados de los noventa por el colegio universitario San Juan Evangelista. “Estaba el teatro a reventar porque era una inquietud compartida”. Pero Serrano ya había recibido formación en casa (su padre, el periodista Rodolfo Serrano ya ha sacado cinco libros de poesía con bastante éxito). “Los primeros versos que conozco son los de Mario Benedetti, Pablo Neruda, César Vallejo o Jaime Sabines, autores latinoamericanos”. En España le gusta lo que escribe Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes o Joan Magarit, con los que tiene bastantes semejanzas su poesía.
Serrano dice desconocer su estilo, aunque lo aproxima al de la poesía de la experiencia. Escribe “sobre la épica que encierran las batallas domésticas”, una épica de la que asegura que no siempre se es consciente. “Entiendo la poesía como un diálogo conmigo mismo”. Sin embargo, le resulta mucho más difícil hacer música: “El poema tiene un ritmo interno, pero en la música ese ritmo es mucho más férreo”.
En opinión de Serrano, escribir poesía se ha convertido en “una formalidad que invita al escapismo, por eso cualquiera es capaz de publicar”. Su intención no es trascender con sus versos. “Creo que hay una demanda de los más jóvenes de leer una poesía con la que sentirse identificado. Gente que empieza leyendo poetas menores, como yo. Me gustaría pensar que quizá, por casualidad, se conectan con esta sensibilidad y se acercan a la literatura y a la poesía a través de mi libro”.
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